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Bacillus anthracis: responsable del ántrax cutáneo y pulmonar

Bacillus anthracis: responsable del ántrax cutáneo y pulmonar

Introducción

Bacillus anthracis es una bacteria que produce una enfermedad conocida como ántrax. Esta enfermedad puede afectar tanto a animales como a humanos y puede presentarse de tres formas diferentes, la cutánea, la gastrointestinal y la pulmonar. En este artículo se tratará específicamente el ántrax cutáneo y pulmonar, las formas más comunes y peligrosas de esta enfermedad.

Ántrax cutáneo

El ántrax cutáneo es la forma más común de la enfermedad en humanos. Se produce cuando la bacteria entra en contacto con una lesión en la piel, como una cortadura o una picadura de insecto. A pesar de ser la forma más frecuente, es también la menos peligrosa y en la mayoría de los casos es autolimitante y no requiere tratamiento antibiotico. Sin embargo, existen casos en los que la infección puede extenderse a los ganglios linfáticos y a los tejidos circundantes, provocando complicaciones más graves.

Los síntomas del ántrax cutáneo incluyen la aparición de una lesión en la piel similar a la de una picadura de insecto, que luego se convierte en una úlcera cubierta por un centro necrótico. La lesión puede provocar fiebre alta, sudores nocturnos, rigidez muscular y dolor de cabeza. Es importante destacar que esta forma de ántrax no se contagia de persona a persona, sino que se adquiere a través del contacto directo con el animal infectado o con algún producto derivado de este (tejidos, piel, lana, etc.).

Ántrax pulmonar

El ántrax pulmonar es la forma más peligrosa de la enfermedad y se produce cuando se inhalan las esporas de la bacteria. Es importante destacar que esta forma de ántrax se encuentra principalmente en animales y no es común en humanos. A pesar de esto, el ántrax pulmonar es considerado una amenaza biológica por la alta tasa de mortalidad que puede provocar.

Los síntomas del ántrax pulmonar se asemejan a los de una neumonía, manifestándose con fiebre alta, tos, sudores nocturnos, dolor torácico, dificultad para respirar, entre otros. En el ántrax pulmonar, la mayoría de las personas muere entre 24 y 36 horas después de la aparición de los primeros síntomas, por lo que es importante detectarlo y tratarlo a tiempo.

Diagnóstico y tratamiento

Para el diagnóstico del ántrax, se realiza una prueba denominada ELISA o inmunofluorescencia directa, que detecta la presencia de proteínas específicas producidas por las esporas de la bacteria. Además, es posible cultivar la bacteria en el laboratorio y llevar a cabo una tinción de Gram para examinar el tipo de célula presente en el cultivo.

El tratamiento del ántrax se basa en la administración de antibióticos, generalmente la penicilina G. En casos de ántrax pulmonar, se añade rifampicina para aumentar su eficacia. Además, es posible administrar una vacuna contra el ántrax, que puede ser efectiva para prevenir la enfermedad en aquellos trabajadores que están en contacto directo con los animales infectados o productos derivados de estos.

Prevención

La mejor forma de prevenir el ántrax es a través del control sanitario de animales y productos derivados. También se recomienda utilizar equipo de protección personal, como guantes, gafas y mascarillas, en aquellos trabajadores que están en contacto directo con animales infectados.

Es importante destacar que los brotes de ántrax asociados con la inhalación de esporas se han asociado a exposiciones concurridas como el correo postal, lo que ha llevado a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional a exigir protocolos especiales para la apertura de estos paquetes, de forma que trabajadores estén protegidos de la inhalación de esporas de Bacillus anthracis.

Conclusión

En conclusión, el ántrax es una enfermedad causada por la bacteria Bacillus anthracis, que puede afectar tanto a animales como a humanos. El ántrax cutáneo es la forma más común y menos peligrosa de la enfermedad, mientras que el ántrax pulmonar es la forma más peligrosa y menos común. El diagnóstico y tratamiento temprano son fundamentales para prevenir complicaciones graves y, en casos extremos, la muerte. La prevención se basa en la utilización de equipos de protección personal y el control sanitario de animales y productos derivados.