La problemática de los residuos y su impacto en el medio ambiente ha sido un tema de preocupación global en los últimos años. Uno de los métodos para reducir la cantidad de desechos que se depositan en vertederos y que tardan en descomponerse es a través del reciclaje, sin embargo, no todos los residuos son reciclables. Es aquí donde la microbiología industrial juega un papel importante al ofrecer soluciones para reciclar desechos orgánicos, gracias a la acción de las bacterias.
Las bacterias son organismos que se encuentran en todas partes, incluso en los residuos orgánicos. Para aprovechar estas bacterias se necesita identificar las especies que pueden hacer el trabajo deseado. En la mayoría de los casos, se buscan bacterias que descompongan los residuos produciendo subproductos útiles, como el metano o compost.
Hay que tener en cuenta que no todas las bacterias son útiles para el tratamiento de residuos. Es importante trabajar con especies que sean capaces de trabajar en las condiciones específicas de los desechos que se van a reciclar, como la temperatura, el contenido de agua y los nutrientes presentes. Por ejemplo, los lodos residuales de las plantas de tratamiento de aguas residuales son ricos en nutrientes y contienen algas y otros microorganismos que pueden interrumpir el proceso si no se usan las bacterias adecuadas.
En la naturaleza, las bacterias son los principales agentes responsables de la degradación de residuos orgánicos. La biodegradación es un proceso en el cual las bacterias descomponen los residuos en formas más simples, como dióxido de carbono, agua y compuestos orgánicos más simples. Las bacterias necesitan nutrientes para crecer y reproducirse, por lo que los residuos orgánicos pueden actuar como su fuente de alimento.
La biodegradación puede llevarse a cabo bajo condiciones aeróbicas o anaeróbicas, lo que significa que puede tener lugar en presencia o ausencia de oxígeno. En condiciones aeróbicas, las bacterias usan el oxígeno para descomponer los residuos, mientras que en condiciones anaeróbicas, las bacterias utilizan alternativas al oxígeno, como el nitrato o el dióxido de carbono. La elección de la forma en que se va a llevar a cabo depende del residuo que se quiere tratar.
La industria ha desarrollado diversas tecnologías para reciclar residuos orgánicos gracias a la ayuda de las bacterias. Estas tecnologías se han creado según las necesidades de cada situación y de los materiales a tratar. Aquí presentamos algunas de las técnicas más usadas:
La microbiología industrial ha demostrado ser una herramienta valiosa para la recuperación de residuos orgánicos. Es importante seleccionar las especies bacterianas adecuadas para alcanzar los objetivos deseados y llevar a cabo procesos forzados que aceleren la biodegradabilidad, aprovechando al máximo la actividad de estos organismos. Además, estas técnicas de reciclaje con la ayuda de bacterias permiten generar subproductos útiles y reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos, favoreciendo el equilibrio ambiental.
Es vital seguir investigando, mejorando y aplicando estos métodos de microbiología en pos del cuidado del medio ambiente y la reducción de la huella de contaminación que generamos a diario.